Hace dos o
tres años (no recuerdo con exactitud el tiempo pero si el momento), nos
llamaron de Sedaví, un pueblo acogedor muy cerca de Valencia.
Ese año,
nuestra clienta, tenía la capitanía de su comparsa y sabía bien lo que quería.
Nuestro espectáculo de dragones. No quería nada más. No quería ver más cosas.
En la calle
había tenido la oportunidad de ver este espectáculo y desde ese momento tenía
claro lo que quería.
Para nosotros
era toda una alegría escuchar su voz tras el teléfono. Su emoción se sentía; y
nos la transmitió a nosotros que estábamos impacientes para que llegará su día.
Cuanta
emoción en el momento en que la música comenzó a sonar. Los dragones cobraban
vida y con ellos la capitanía de nuestra querida amiga. Porque sí. Lo que en un
primer momento era una clienta se convirtió en muy poco tiempo en una amiga.
Este año
2.016 su comparsa ha vuelto a ser capitanía y una vez más han contado con
nosotros.
Han guardado
ese huequecito para darnos la oportunidad de formar parte de su capitanía.
Reencuentros,
recuerdos y la misma emoción que el primer año.
Este año, un
grupo de malabaristas de fuego acompañados por un zancudo, desfilaron ante los
capitanes convirtiéndose en su guardia real.
Que cortito
se hacen los desfiles y que rápido pasa el tiempo cuando disfrutar del trabajo,
disfrutas de la compañía y sobre todo te sientes arropado por toda la comparsa.
Muchas
gracias amiga por contar con nosotros y hacernos partícipes de los momentos más
emocionantes de vuestra comparsa.
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